Luego de la pandemia, decenas de personas quedaron sin trabajo y muchas de ellas para sobrevivir, debieron incursionar en el rebusque. Por medio de las redes, muchas mujeres sacaron adelante a sus familias, vendiendo productos desde la virtualidad.

En algún cuarto de su casa montan sus “oficinas” y “tiendas”, donde las prendas y artículos, se exhiben al vendedor, a través de una pantalla. Una tienda virtual en el domicilio, donde las anfitrionas, con mucho carisma, les ofrecen a su audiencia. De esta manera se reserva el producto, el cual posteriormente será entregado a su comprador.

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En su mayoría son mujeres, de diversas edades, quienes se encargan de realizar estos vivos dentro de la plataforma Facebook. Es por mediodía que logran ganar el pan de cada día. Por otro lado, hay quienes aseguran que dentro de este espacio han encontrado su verdadera vocación, donde no sólo son vendedora sino también que logra entera toda con su clientes.

Asimismo cada una tiene su forma de vender y establecer su reglas dentro de la espacio como: "leer antes de comprar", " los productos reserva no determinado tiempo", "ropa nueva y usada", entre otras especificaciones. De esta manera y a través de diversas formalidades, estas mujeres emprendieron desde  sus hogares, encontrando a través de diversas herramientas la forma de comercializar entre vecinos.

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La venta de productos

Marcela, es una vecina de Lanús Oeste, quien en diálogo con El Bonaerense, habló acerca de su trabajo en los vivos. “Por lo general lo que vendo es ropa usada, pero en buen estado”. comentó y detalló: “Comencé vendiendo ropa que tenía en casa, que era nueva y que no se usaba, después algunos amigos y familiares me pasaban ropa y así creé mi espacio”.

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Ella al igual que muchos otros inició con la pandemia, puesto que por razones del confinamiento, debió dejar su trabajo. “Limpiaba casas, era empleada en negro, por lo que mi trabajo se vio afectado por el encierro, así que tuve que sacar a mi familia adelante”, exclamo Marcela con una sonrisa. Asimismo aseguró que, juntando los artículos que sobraban en su casa, montó un espacio para su empresa llamada “Estrella Fugas”.

“La dinámica es ofrecer el producto y la gente lo pide, ahí se lo reservamos y luego pautamos un punto de entrega, que puede ser en Lanús, Avellaneda, entre otros”, exclamó. Dado que, los puntos de entregas son establecidos para que los vendedores y compradores puedan hacer el intercambio del artículo.

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Entre tanto, para muchas vecinas de distintos puntos de zona sur, esta es su forma de salir adelante. “Empecé hace un año, cuando me quedé sin trabajo, fue una forma de pilotearla y la verdad que me termino gustando mucho”, comento Sabrina, una vecina de Quilmes y aseguró: “Tengo dos nenes y este es mi único sustento económico,  gracias a esta changa podemos salir adelante”.

Conseguir artículos

No obstante, esta práctica se ha vuelto popular dentro de las redes, siendo para muchos una salida laboral fácil y dinámica. Puesto que, en los últimos años ha crecido su presencia dentro de la plataforma de Facebook, al igual que los bingos y los streaming.

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 Sin embargo, para Marcela, trabajar desde su domicilio, es algo que disfruta de verdad. Por otro lado,  pero se manejan de una forma muy similar; puesto que ambas compran ropas y artículos al por mayor, contando ya con sus proveedores. “Hago los vivos los fines de semana, los martes hago las entregas y los miércoles vuelvo a surtirse para poner nuevos artículos”, comentó Marcela.

Entre tanto, comentó que conseguir la ropa es complicado en muchos aspectos, dado que en muchas ocasiones han intentado estafar. “A veces uno compra ropa por lotes, pero uno nunca sabe en qué estado están, por lo que no es muy viable comprar así”, exclamó y explico: “Porque puede que más de la mitad del lote este en mal estado, o roto o directamente no lo puedas vender, entonces mucho de eso no me fio”.

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El miedo de que los vivos desaparezcan

Cabe mencionar que, en los últimos meses, se anunció que desde la plataforma Facebook, dejarán de realizarse vivos a partir de octubre. Una cuestión que pone en riesgo la salida laboral de muchas personas. Y siendo para estas mujeres un posible cierre de sus espacios de venta.

“Si nos quitan esa opción, no sé lo que vamos a hacer, lo más probable que nos mudemos a otras plataformas como Instagram, aunque no es muy conveniente por el tema del tiempo”, comentó y explicó: “Es que en esa plataforma, solo tenés un tiempo estimado de un poco más de una hora y si tenés mucho para vender, por ahí no te alcanza”.

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Asimismo, ellas al igual que tantas otras emprendedoras digitales, se encuentran en la misma situación y rodeadas bajo la misma incógnita. Mientras esta situación cada vez se hace más presente, continúa la búsqueda de otras plataformas donde poder comercializar de manera directa. “Esperamos que sea tan solo un rumor y que nos permitan seguir trabajando, porque en cada espacio, se invierte tiempo y dinero”, concluyó Marcela.